Trabajar desde casa o desde cualquier lugar sin morir en el intento

Desde hace prácticamente tres años he estado trabajando exclusivamente desde casa. Actualmente trabajo en movilidad, pero sigo aplicando el mismo concepto para compaginar mi trabajo con este proyecto (y en los anteriores en los que he estado trabajando).

Durante este tiempo he aprendido bastante de manera autodidacta para adaptar mis hábitos a la mejor relación posible para no volverme literalmente loco por estar entre cuatro paredes para trabajar y convivir.

Para no hacer muy largo los artículos, voy a organizarlo en varias publicaciones a modo de referencia, así podrás consultar el que más te convenga o el que más te apetezca leer en un momento concreto.

Voy a detallar todo lo posible mi experiencia y compartirla con todos vosotros, ya cada uno la debe adaptar como mejor le convenga, pero al menos tenéis una idea y seguramente os hará perder el miedo de comenzar algo tan poco común como es el trabajar desde casa.

Breve resumen sobre trabajar desde casa y en remoto

El concepto de trabajar fuera de una oficina común requiere un esfuerzo para mentalizarnos de que estamos haciendo algo fuera de lo común. Ahorrarnos tiempo en el desplazamiento al trabajo, poder realizar cualquier acción de urgencia sin tener que pedir permiso a nadie y poder desplazarnos sin problemas. Pero lo interesante de todo esto es que somos dueños de nuestro tiempo y del lugar en el que queramos trabajar, sin restricciones.

Trabajar de manera remota sólo implica tener una conexión a internet y un dispositivo capaz de solventar nuestra actividad, ya sea un ordenador, un Mac, un iPad o una Surface de Microsoft. Otro punto importante de todo esto, es que podemos viajar y llevarnos la oficina en la mochila, aunque para ello debemos adaptar nuestro trabajo en remoto.

Si te lo propones y te adaptas al trabajo en movilidad no tendrás límites. Da igual que estés en Cádiz, en Madrid, Burgos o Valencia. Sólo necesitas una conexión a internet, ya está. Así de sencillo. El viajar con la oficina en la mochila tiene muchas ventajas si lo adaptamos bien. Yo por mi trabajo tengo que viajar bastante a Madrid desde Cádiz, al tener mi trabajo optimizado en la nube, opté por viajar en Renfe para aprovechar el tiempo.

Si generalmente le dedico unas 4 horas al día para trabajar y los viajes en Renfe me suponen unas 5 horas en total, lo mismo me da estar sentado en casa, en una cafetería que un vagón de Renfe. Mi objetivo es adelantar o terminar el trabajo y en Renfe me despreocupo de conducir. Además hay enchufe en el asiento, baños y servicio de cafetería para despejarte (eso sí, no es nada barato). Es decir, tengo lo mismo que en una situación estática pero en este caso mientras viajo. 🙂

Zona de trabajo y alternativas para evadir lo habitual

Nuestra zona de trabajo tiene que ser lo más confortable posible. Cuando pensamos en esto se nos viene a la cabeza la típica imagen de Instagram con un escritorio perfecto, sin apenas cable, con mucha luz y unas vistas envidiables.

Realmente todo esto está muy bien, pero si lo llevamos a la realidad, nos daremos cuenta que todo esto en ocasiones, no es posible por diferentes factores. El objetivo de nuestra zona de trabajo es que nos sintamos cómodos, ya sea en la mesa del comedor, en la terraza, en nuestro dormitorio o en cocina. Da igual el lugar si encontramos un espacio que nos permita tener la mente despejada y estemos tranquilos.

Pequeños detalles de tu zona de trabajo

Un punto importante de nuestra zona de trabajo (si estamos utilizando un espacio de casa) es mantenerlo lo más ordenado posible, pero quizás el más importante es que cuando acabemos de trabajar, invirtamos 20 segundos en ordenador nuestro puesto de trabajo. ¿Por qué? Pues por una razón muy sencilla, cuando te vuelvas a sentar frente a tu ordenador o iPad debes tener la sensación de comenzar de nuevo, no una continuidad de lo que estabas haciendo.

Cierra el ordenador, limpia un poco la mesa, recoge la libreta, el bolígrafo o cualquier objeto que suelas usar para trabajar. No debe quedar nada a la vista de manera desordenada. Cuando regreses tendrás que adaptar tu zona de trabajo nuevamente mientras arranca el ordenador o enciendes el iPad. Esos segundos puedes aprovecharlos para habilitar tu zona de trabajo nuevamente y experimentar esa sensación de “vamos a comenzar”.

Tu casa, una cafetería o un espacio de coworking

Eres libre, elige tu espacio de trabajo adecuado. No te encierres entre cuatro paredes, explora nuevos horizontes. No tienes límites, usa los recursos de tu entorno y sobre todo, elige un lugar soleado (esto es bastante beneficioso para mantener nuestra actitud positiva).

En casa tengo una habitación polivalente (el famoso “Centro de Operaciones”) que comparto con armarios, una cama de invitados y en porqué no decirlo, para guardar trastos que no tienen cabida en otra zona de la casa. Pero tengo mis dos metros cuadrados para mí, para mis cosas cuando me planto delante del iPad o del Mac.

Esto ya sólo lo uso de manera esporádica, al menos cuando comienzo a trabajar intensamente, ya que trabajar y vivir en el mismo lugar me satura a unos límites que me quedo bloqueado mentalmente entrando en un bucle sin salida. Con lo cual comencé a buscar alternativas, total, suelo trabajar en la nube y desde un dispositivo portátil, así que podría llevar mi oficina en movilidad a cualquier lugar.

Aquí es donde entra el juego el poder de la nube y del iPad LTE (puedes aplicarlo a cualquier dispositivo compartiendo internet desde tu dispositivo móvil). Viendo que podía hacer prácticamente lo mismo desde mi “Centro de operaciones” o desde un banco en un parque cercano a casa, me puse a experimentar nuevas maneras de trabajar y del cual puedes aplicar sin ningún tipo de problema.

Un espacio en tu casa, pros y contras

Trabajar desde casa está bastante bien, es un sueño hecho realidad hasta que te das cuenta de todos los inconvenientes que puedes llegar a encontrarte, sobre todo si tienes 1. Trabajar en casa y vivir en el mismo lugar suele ser incompatible en muchos lugares.

Lo mejor es hablar con la familia y exponerles nuestra situación para que lo entiendan. Aún así seguramente te dirán que tiendas la ropa, que pongas el pollo o que te acerques al supermercado a comprar.

Con el tiempo esto se alivia o mejor dicho, te adaptas. Ya que por el lado positivo son pequeños momentos de desconexión en tu tarea que pueden servirte para refrescar ideas y volver a tu punto con más ganas. Así que tienes que tomártelo con mucha filosofía.

Como he comentado antes, puedes elegir el espacio de trabajo dentro de tu hogar que más se adapte a tu comodidad, incluso puedes ir variando de lugar. Yo solía alternarlo entre mi “Centro de operaciones”, la terraza o el comedor. Así, quieras o no quieras estás ahorrando dinero y nunca estarás en la mismo zona, aunque estés en el mismo lugar notarás un alivia mental bastante grande.

Cafeterías, bares o McDonalds

Un lugar público como una cafetería o un McDonalds es extraordinario para convertirlo en un “oficina en movilidad”. Tienes todos los servicios disponibles sin pagar nada, desde un baño hasta calefacción o aire acondicionado gratis, pasando por la posibilidad de utilizar los enchufes del local.

McDonalds incluso te regala un café si acudes los lunes y cuanta con unos buenos asientos y una mesa relativamente alta para no estar encorvados. Esos sí, no vayas en hora punta porque será un suplicio poder concentrarte como es debido. Generalmente por las mañanas se está tranquilo y nadie debería molestarte.

Evita a toda cosa las cafeterías de amigos, conocidos o los de tu propio barrio. Al principio de comenzar a trabajar desde este tipo de lugares era un auténtico logro. Justo en el portal de casa tengo un bar que sirven desayunos a buen precio, tiene terraza y por las mañanas el ”lorenzo” pega en su justa medida.

Huye de tus conocidos

El problema es que tienes un ir y venir de vecinos y conocidos que suelen distraerte para saludarte y comentare sus problemas diarios. En ocasiones “normales” uno lo atiende como es debido, pero debemos recordar que estamos trabajando.

Puedes explicarles cuál es tu cometido durante ese tiempo, pero posiblemente no lo entiendan o simplemente creas que estás “viendo Facebook”, llegando a ser algo molesto e incómodo por no poder atenderle como lo harías en otra situación de ocio.

Si nos venimos muy arriba, hay cafeterías prácticamente preparadas para que puedas acoplarte con tu dispositivo portátil, pero los precios son más caros. Sí, hablo de Starbucks y derivados. Si tienes la oportunidad de acudir a uno, te darás cuenta de lo que te hablo.

Un espacio de coworking

El coworking es una solución para compartir una oficina o un espacio de trabajo con otras personas que quieren llevar a cabo su actividad profesional y no pueden costearse una oficina y no tienen un lugar adecuado en casa. Hay de todo tipo y se pueden alquilar por horas, días, semanas o incluso meses.

En el plan más básico generalmente te ofrecen una mesa con un par de sillas y todas las facilidades (enchufes, red WiFi, servicios, limpieza…) mientras compartes habitación con otras personas. Sí, es tipo biblioteca pero con menos restricciones.

Esto sería lo más económico en coworking, de ahí puedes subir el nivel hasta tener tu propio espacio con puerta cerrada. Esto suele ser útil cuando tienes que reunirte con un cliente, reservas una oficina y podéis cerrar el acuerdo tranquilamente, ofreciendo una imagen más seria sobre tu actividad.

En mi caso particular tuve la suerte de encontrar uno cerca de casa que además de todo lo comentado anteriormente, también tenían una sala de grabación, ideal para grabar podcasts. Pero el lugar no era muy acogedor que digamos, pero por su precio (2 euros al día sin restricción de horario) no perdía mucho. Sólo duré un par de semanas.

Cualquier lugar es bueno, siempre y cuando estés cómodo

Como has podido apreciar, hay muchas alternativas para trabajar fuera de lo que conocemos como habitual, desde tu casa, una cafetería o incluso un parque cerca de casa. No importa qué lugar elijas, lo importante es que trabajes cómodamente y tengas unos servicios mínimos para cubrir tus necesidades.

Yo finalmente opté por las cafeterías y el iPad. Cuando salgo de casa y preveo que voy a estar bastante tiempo, suelo llevarlo con migo. Hace poco fui a cambiarle el aceite al coche, con lo que estaría un par de horas “tirado”. Por suerte, el lugar que elegí tenía una cafetería justo en frente, saqué mi iPad, pedí un café y cuando menos lo esperaba ya podía recoger el coche.

Aquí vemos dos puntos importantes, aprovechar el tiempo en cualquier lugar y trabajar cómodamente. Si no estuviera cómodo ni aceptara la situación (que tomé personalmente) de trabajar en movilidad, el tiempo hubiera sido eterno, pero fue justo al contrario. Otra ventaja de trabajar en movilidad.

Ventajas de trabajar desde casa. Libertad horaria

Trabajar desde casa puede ser un sueño muy lejano o una cruda realidad, según se mire y según como nos adaptemos será una ventaja o una desventaja.

Lógicamente, todo lo que se estar más cerca de casa, más cerca de los nuestros, es beneficioso, pero cuando se trata de trabajo, la cosa puede cambiar si no adaptamos ciertos hábitos y ciertas reglas.

Una de las ventajas de trabajar desde casa es que tienes todas las comodidades a tu alcance, desde tu cómoda silla desde ordenador hasta la nevera para ir cogiendo algo de picar de vez en cuando.

Por supuesto, trabajar desde cada depende mucho el tipo de trabajo que tengas, yo me voy a volcar en lo que realmente conozco, el crear contenido a nivel autónomo. Al ser autónomo no necesitas tener un horario fijo, ahí lo pones tú para entregar el trabajo acordado.

En otro tipo de trabajos, sobre todo en las que estás en plantilla para hacer teletrabajo, sí que te exigen un horario que cumplir, casi como fichar en la entrada de un trabajo “normal”.

Libertad horaria

Trabajar sin horarios es una gran ventaja. Levantarte cuando creas conveniente y comenzar a trabajar en la hora más óptima para ti. Puede ser a las 6 de la mañana, a las 12 del mediodía o las 11 de noche. Cada persona trabaja mejor en un horario distinto.

Durante el tiempo que he estado creando contenidos, he conocido a bloggers, youtubers o profesores con horarios muy distintos. Esto es algo muy personal de cada uno, os pongo algunos ejemplos de lo que he conocido durante este tiempo.

En uno de los casos, un blogger solía trabajar más cómodamente de madrugada, le relajaba la noche, no había ruidos, nadie le llamaba y se sentía más productivo en ese horario. A partir de las 12 del mediodía comenzaba a gestionar parte de su proyecto, digamos el colaborativo, donde era necesario contar con la participación de otros integrantes.

Desde bien temprano, antes de poner las calles. Otro conocido, Joan Boluda, del cual tuve la oportunidad de entrevistar en uno de mis podcast. Joan tiene por costumbre comenzar a las 4 de la mañana su jornada laboral, al contrario que el blogger, esta persona prefería aprovechar parte de la madrugada y de la mañana.

Por la madrugada, lo usaba para trabajar en sus propios proyectos, cuando comenzaba la jornada laboral para el resto de los mortales, comenzaba a gestionar los otros proyectos en los que colaboraba. Pero ya había cubierto su tiempo de trabajo personal y su tiempo de formación.

En mi caso, suelo usar un horario de 9 a 2, no es estricto, ya que suelo llevar a mi niña a la guardería por las mañanas y en ocasiones suele entrar un poco más tarde (según pase la noche). Pero me manejo en ese rango. Este horario me permite tener la tarde libre para mi niña y para mis otros proyectos, por ejemplo mi blog personal.

A veces suelo terminar bastante temprano, pero como me marqué un horario hasta las 14:00 horas, lo aprovecho para adelantar trabajo para los siguientes días. Por ejemplo, dejar programado post de fines de semana o de reserva, por si algún día tengo algún tipo de imprevisto. Cumpliendo con ese horario y saber que he sido productivo, me crea una sensación de satisfacción por el deber cumplido.

Esto son solo algunos ejemplos para que podáis comprobar que no necesariamente hace falta un horario de oficina para trabajar desde casa, si el tipo de trabajo lo permite y tu eres dueño de tu tiempo, no tenemos que regirnos por el horario normal de cualquier negocio.

La cuestión es que trabajes cómodamente, sin agobios, sin que te moleste nadie y sobre todo, donde te encuentres más inspirado para llevar a cabo tus labores. Esto es fundamental para realizar un trabajo de calidad sin que llegues a estresarte.

Ventajas de trabajar desde casa o en movilidad. Ahorro de tiempo

Una de las ventajas de trabajar en movilidad o desde casa, es el ahorro de tiempo que tenemos no sólo a lo largo del día, también de la semana, del mes y año. Evitamos atascos, desplazamientos (a veces innecesarios), esperas y situaciones que quizás puedan desvariar por completo nuestros planes.

El trabajar desde casa permite gestionar el tiempo a nuestra manera. Mejor dicho, es el tiempo el que se adapta a nosotros, no nosotros a él. A pesar de ello, para poder “disfrutarlo” hay que realizar algunos pequeños hábitos, del cual os hablaré más adelante.

Cuando estás en casa tienes todas las comodidades posibles. Puedes usar un sillón cómodo, tienes la nevera cerca, el baño (como el baño de casa, en ningún sitio), puedes estar atento a los paquetes de Amazon y no perderlos, tienes todas las herramientas de trabajo a mano, no tienes que darles explicaciones a nadie, puedes ir a hacer los recados cerca de tu domicilio.

Sí, trabajar desde casa es algo que siempre hemos soñado pero que a la vez vemos muy lejos, casi algo inalcanzable que sólo se ve en las películas o en algún caso de éxito. Pero no es así, es más sencillo de lo que crees. Te lo aseguro.

Adopta el transporte público para adelantar trabajo o incluso comenzar nuevos proyectos (si es posible), aprovecha los viajes para sacar el iPad o el Mac y organizarte. En mi caso, suelo viajar bastante, todas las semanas subo y bajo desde Madrid a Cádiz, con lo cual tengo muchas horas muertas por el camino (y nunca mejor dicho).

Yo opté por Renfe, además de las ventajas económicas, viajar en tren me permite sacar el iPad y hacer todo lo que estoy proponiendo (este artículo por ejemplo es uno de ello) mientras me desplazo. Tengo todo lo necesario; mesa, enchufe, baño, sillón cómodo, cafetería. Es como estar en casa, pero en movilidad real 🙂

En los viajes no se puede ahorrar tiempo, pero sí aprovecharlos, así que aprovéchalos y sácale tiempo al tiempo para tener más tiempo para ti y los tuyos cuando llegues a tu destino. Efectivamente, parece un trabalenguas 😀

Desventajas de trabajar desde casa

Como en cualquier actividad que realicemos, existen pros y contras. No todo va ser un mundo maravilloso (aunque siempre voy a preferir trabajar en movilidad). Tenemos que enfrentarnos a algunas situaciones poco frecuentes pero que debemos ser conscientes de ello.

Por regla general, trabajar desde casa implica estar sólo. Es raro encontrar a alguien que tenga un espacio para albergar a otros compañeros en el salón de casa. Lo más habitual es trabajar en remoto, estar permanentemente conectados a través de aplicaciones y servicios específicos con el resto de compañeros. El resultado es que puede ser muy frio.

Al principio esto gusta bastante, no lo voy a negar. Cuando no quieres escuchar a uno directamente omites su mensaje o le dices que no puedes hablar. Algo que en persona no puedes evitar, pero fuera de bromas, puede llegar a ser un problema para ciertas personas que no puedan estar mucho tiempo solas.

La cercanía humana

Ya lo explicó en su día Matías en una publicación de Gizmodo, trabajar en remoto puede llegar a ser algo frio. En ocasiones hace falta ese calor humano de un compañero, una broma, una parada para tomar un café. A pesar de que estés en contacto permanente, no es lo mismo. Y lo echarás en falta, asegurado.

Sobre todo porque a veces mantener un contacto por texto puede llevar a equivocaciones – Pero existen Emoticonos y los mensajes de audio para ello – Pero no es suficiente, la entonación, la mirada, la cercanía… todo eso se pierde y algo que no se entienda con el contexto adecuado puede acabar en un atranque por ambas partes.

Hay que saber medir bien las palabras en un entorno de trabajo en remoto, sobre todo si apenas hemos interactuado con el resto de componentes. Incluso con los que ya conocemos, a veces se puede malinterpretar. Sí, me ha pasado en más de alguna ocasión (incluido en las aplicaciones de mensajería instantánea).

El propio entorno laboral

Como ya comenté en una publicación anterior, hay muchos factores hostiles dentro de casa para impedir nuestra actividad. Desde la familia hasta el entorno que nos rodea (sí, demasiado tentador coger la Nintendo o ver la televisión). Si ya de por sí es difícil que alguien crea o acepte nuestra posición de ser un trabajador capaz de desarrollar su actividad desde casa o desde un iPad, más difícil es hacerlo ver a nuestra familia.

Esta conversación la tuve con Diego de iPhoneA2 hace bastante tiempo, donde me comentó que lo mejor que hizo es reunir a su entorno familiar y explicarle su nuevo método de trabajo. Aunque a muchos les costaba entenderlo, finalmente lo “aceptaron” y le dejaban su espacio de horas para trabajar lo más tranquilo posible. Al principio todo se entona de una manera llana, pero posteriormente tenía que ir recordándolo.

En mi caso fue algo similar, hasta que mi pareja no comprobó que podía generar ingresos con un dispositivo que me había costado más que mi sueldo no comenzó a creérselo. Mi niña tampoco lo entendía (normal, además era muy pequeña), pero poco a poco ya lo veían como algo normal, hasta tal punto que ya no me hacía falta cerrar la puerta del “Centro de operaciones” para no recibir interrupciones. Con el tiempo, si las encuentras ya no molestan tanto, casi lo agradeces para tener ese pequeño respiro y continuar sin apenas pausa.

El equipo de trabajo

Quizás esto parezca algo ilógico. Si uno ha tomado la decisión de trabajar desde casa o en movilidad, se entiende que tiene un equipo adecuado. Pues no, a veces tenemos equipos que no rinden lo suficiente para nuestra actividad o directamente tenemos unos equipos extraordinarios del cual no sabemos sacarles partido. Sí, esto ocurre con el iPad en muchas ocasiones.

El equipo de trabajo – Hablo de software y hardware – tiene que adaptarse a nosotros y no al revés. Tenemos que tener claro que es lo que queremos llevar a cabo con nuestro proyecto o trabajo, conocer las debilidades en cuanto a compatibilidades e intentar mitigarlas para experimentar una buena experiencia de usuario. Pero sobre todo que no nos ralentice nuestra tarea. Esto es de vital importancia.

Trabajar desde casa o en movilidad. Disciplina

Si crees que trabajar desde casa o desde cualquier lugar es estar en el sofá en pijama y con Netflix de fondo, estás muy equivocado. Trabajar desde tu domicilio te hace convertirte en una persona muy exigente, adaptar nuevos hábitos y aprender a desconectar por completo.

Sí, estas en casa, pero debes tomártelo como lo que realmente estás haciendo, un trabajo. Trabajando para ti o para otros, pero es un trabajo como los demás. Necesitas adaptar un horario, evitar todo lo que te distrae y tener una disciplina para cumplir con los objetivos.

Esto es sencillo cuando se trabaja en un lugar “normal”, ya que te exigen un horario, una vestimenta, unos objetivos y prácticamente todo lo que tienes que hacer en el día. Pero esto último cambia por completo cuando decides trabajar por tu cuenta. Eres tu propio jefe, con lo cual tienes que exigirte (y mucho).

Horario.

Debes aplicarte un horario, quizás no tan estricto de 8:00 a 14:00 horas. Por trabajar más horas no te va a hacer más productivo ni mejorar el rendimiento. Quizás, trabajar menos con un horario en el que sientas más cómodo puede ser más efectivo. Aquí puedes aplicar el horario que quieras, pero cúmplelo sin excusas.

Objetivos. Cúmplelos

Al no tener a nadie (si trabajas para ti) que te exija un objetivo, márcatelo tú mismo. Organiza tu agenda, tanto a medio como a largo plazo y establece unas directrices reales. No anotes nada que después no puedas llegar a cumplir, insisto, establece algo real, aunque sea menor de lo que tenías en mente.

Desconecta

Uno de los problemas de trabajar en casa y sobre todo con algo relacionado con actualidad (como un blog de noticias). Es que no se sabe cuando hay que llegar a desconectar del trabajo. Al estar permanentemente conectados, siempre estamos mirando el correo electrónico, las redes sociales o las aplicaciones de mensajería por si hay algo importante que publicar. A no ser que sea algo muy muy urgente, déjalo pasar, pero intenta evitar estar “conectado” fuera de tu horario.

Hábitos

Para emular que estás trabajando, puedes adquirir una serie de hábitos que emulen tu traslado de casa al trabajo. Antes de comenzar a trabajar sal a la calle durante unos 15 o 20 minutos. Lleva los niños al colegio, pasea al perro, haz un pequeño recado… y vuelve a casa como si lo hicieses a tu oficina. Parece una tontería, pero cuando estes de la cama a tu oficina durante algunos días consecutivos, te darás cuenta del porqué te comento esto.

Comienza, no continúes

Cuando termines tu jornada laboral, limpia tu escritorio, recoge el Mac o el iPad, dedícale unos 20 segundos a dejarlo todo bien organizado, con sólo 20 segundos basta. Gracias a esto, cuando comiences de nuevo a trabajar en tu espacio reservado de casa tendrás la sensación de comenzar algo nuevo y no de continuar una activar pausada.

Haciendo un resumen de todo esto, trabajar desde casa o en movilidad tiene una serie de ventajas que yo no cambiaría por nada, pero hay que ser consciente de la gran responsabilidad que ello conlleva.

  1. Tener niños pequeños y trabajar a la misma hora que estén en casa puede hacer que no te concentres en tu trabajo. No por el hecho de que molesten (que también), más bien porque tu instinto de padre/madre te hace estar permanentemente en alerta por si necesita nuestra ayuda.

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