Podemos vivir sin muchas cosas, pero no sin música

Cuando estaba en el colegio tenía un par de profesores muy carismáticos, ambos eran compartían la misma pasión, la enseñanza y la música. Puede parecer algo obvio, pero realmente esto no siempre se cumple. Transmitir conocimientos, hacer partícipes de las clases a los propios alumnos y lo que es más complicado, emocionarlos con sus explicaciones.

Cada tema que explicaban le ponían emoción, transmitían positivismo y hacían que tuviéramos hambre de conocer más detalles sobre las materias y ampliar conocimientos. Finalizar las clases y querer llegar a casa para estudiar más al respecto, continuar la clase en horas en las que normalmente estaríamos jugando con los vecinos hasta que nuestras madres nos llamasen para cenar.

Sí, hace 20 años (como pasa el tiempo) nuestras madres nos llamaban para que entráramos en casa, ahora nos rogarían que saliéramos a que nos diera el Sol en la cara o al menos el aire. Pues sí, hace ya 20 años de esto y todavía recuero esas clases como si fuese ayer, signo de que estos dos profesores hicieron su trabajo de manera sobresaliente.

Fernando; Referencias musicales por bandera para motivarnos

Me enteré que Fernando había fallecido hace unos años. Fernando daba varias materias, en mi caso era “Sociales”. Aunque no era raro que cada día se fuese por los cerros de Úbeda con cualquier anécdota referente a algunos de los temas que tocaba de los libros que debíamos llevar cada día a clase. Libros que con suerte podías utilizar de algún hermano (con sus correspondientes subrayados y dibujos signo de la poca atención que se mostraba en clase).

Fernando era un tipo alegre, llegaba cada mañana cantando alguna canción, sobre todo de carnaval. Alguien le preguntó que porqué llegaba cantando a las clases, sobre todo a las de primera hora, donde todos prácticamente seguíamos con la marca de la almohada en las mejillas y parte de la frente. El profesor explicó que la música era una parte fundamental en la vida de las personas. La música tenía la fuerza de entristecer, asustar, emocionar o animar a las personas. Podía ser el mejor café o el mejor aliado en las noches de insomnio.

Contaba que el ser humano tenía la capacidad de vivir sin muchas cosas que nos rodean, pero no sin la música. Desde la prehistoria nos ha acompañado con tambores hechos de piel y huesos de las bestias que se cazaban hace miles de años. En las guerras la música jugó un papel importante para mantener a las tropas motivadas cuando llegaba la hora de ir al frente (también para asustar al enemigo). Cuando recordamos alguna parte importante de nuestra vida, inconscientemente le podemos una banda sonora asociada a aquel momento.

La música como parte fundamental de tú estado de ánimo

Tener un hilo musical de fondo motiva y concentra a la vez cuando estamos trabajando. Si estás atascado en algún punto, posiblemente el escoger una lista musical adecuada pueda ayudarte a rendir mejor y quizás salir de ese estado en bucle que te mantiene bloqueado.

Para mi Spotify es una suscripción que no puede faltar en el apartado de la economía familiar. Lo pago con gusto, raro es el día que no lo use con los AirPods para hacer alguna tarea cotidiana o incluso mientras estoy redactando estas líneas. Actualmente vivimos en un “boom” de suscripciones recurrentes, si tuviera que elegir en deshacerme de alguna, Spotify no está entre mis planes.

Como decía mi profesor, podemos vivir sin muchas cosas, pero no podemos vivir sin música. La terapia de 3 minutos de media de cada tema nos inspira, acompaña y motiva para seguir adelante. Por supuesto, también para entretenernos. No hace falta venirnos muy arriba. ¿A quién no le gusta estar tirado en el sofá o en la cama con una buena lista musical? Este es uno de los pequeños placeres de la vida, no es procrastinar1, simplemente es relajarnos para mantener la mente más despejada y poder afrontar las pequeñas batallas diarias.

  1. La procrastinación (del latín procrastinare: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro),​ postergación o posposición es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. (WIKIPEDIA)

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